Has visto alguna vez una web que termina en .com, .es o .org y te has preguntado qué significan? No están puestas por poner, tienen un significado. Esa parte final del dominio se llama TLD (Top Level Domain) y es más importante de lo que parece.
Elegir un buen TLD no es solo una cuestión estética. Es como elegir la matrícula de un coche que vas a usar para moverte por todo Internet. Dice mucho sobre ti, tu marca y a quién te diriges.